jueves, 13 de marzo de 2014

Reto número 5 : ¡¡¡Por fin, conseguido!!! Mis muebles para la vajilla y los platos antes y después



¡Hola a todos!
Me hizo mucha ilusión que os gustara el cutresorteo, ya estoy pensando en algún otro detallito relacionado con el orden que pueda sortear, porque me hubiera gustado tener bolsitas para todos, que sois un encanto.
Desde aquí ¡felicidades a la ganadora! ya la tengo empaquetadita y mañana mismo sale para España, a ver si llega pronto.
Viendo los sorteos tan buenos con tantos regalos que organiza la gente en otros blogs, el mío es muy modestillo, pero así puedo hacer más a menudo y son cosas pequeñitas que se meten en un sobre y se envían a cualquier sitio.

No hay cosa que más rabia me dé, que que me pongan los dientes largos con un sorteo chulísimo, y en pequeñito te digan "sólo península", joooo.
Así que yo hago sorteos más populares y universales, ¡hala!
Después de una semana pasada llena de emociones fuertes reencontrándonos con viejos amigos (podéis ver nuestras andanzas aquíaquí, aquí y aquí), me pilló el toro pero bien.
El mueble grande lo tenía ordenado desde hace unos días, pero sin terminar, y los pequeños los he organizado in extremis entre el lunes por la noche y hoy.
De todas formas esta es la gracia de este blog, que es como la vida misma, y hay veces que las cosas salen a la primera, y otras veces que todo se complica y necesitas el doble de tiempo para hacerlas.
Pensé en publicar sí o sí el lunes para "cumplir" con lo pactado de hacerlo los lunes y miércoles, pero ya me conocéis, o hago las cosas a tope o no las hago, y preferí no publicar, a publicar cualquier cosa.
Me gusta poner soluciones que haya "testado" como dicen en los libros de cocina, y claro, ideas sobre orden tengo millones que me bullen por la cabeza y que estoy deseando hacer, creo que podría escribir del tirón cuarenta entradas llenas de proyectos, pero prefiero hacerlas antes para poneros fotitos, y claro pues ahí me falta el tiempo. Vamos, que tengo más longaniza que días, como diría mi madre.                              
Volviendo al tema que nos ocupa.
Tela marinera. Lo que tengo ahí.
Y eso es la punta del iceberg. En la cocina sólo guardo la vajilla de diario y las vajillas de desayunos más informales, las cazuelas, las sartenes y las bandejas para horno, las más normalitas para servir, y las ensaladeras.
En el salón están las copas, los juegos de café y té, más bandejas de servir, etc, etc. etc.
Pero es que en el sótano vive nuestra vajilla para las fiestas, de 30 servicios, con dos soperas, 8 bandejas grandes, cuencos, cuenquitos, juegos de café también para 30, champaneras, poncheras, calientaplatos etc. etc. etc.
Y es que además en otra estantería del ídem está una innumerable colección de chismitos de degustación, minisoperitas, minicazuelitas de barro, minipaelleritas de hierro, mini mini mini minis de todos los tipos y colores. Sin contar todos los portatartas, portacupcakes, porta canapés, cake stander, bandejas de pisos...
En conclusión, que estoy poseída irremediablemente por el espíritu del zarrio, y me he convertido en una pequeña Diógenes del cacharrito.
De hecho, estamos buscando casa, y unilateralmente he quitado varias de la lista porque no tienen una despensa donde poner yo mi "Disneilán del casharrito" (palabras textuales de mi amiga Patricia). Pero yo no quiero tirar nada, que esa colección la he hecho a base de años de husmear en tiendas, puestos, outlets y demás, y me encanta tener siempre el recipiente adecuado para cada plato en todas las fiestas y comidas familiares (que ya sabéis que me chifla a mi una fiesta...). Así que ahí el guiri pincha en hueso. Si quiere quitamos el vestidor, pero la despensa es indispensable (qué trabalenguas me ha salido).

Esta vez lo hice un poco diferente. Al ver tooooodo el material con el que tenía que manejarme, preví que el momento aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargh del que os he hablado algunas veces, podía convertirse en momento aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaargh! seguido de irremediable patatús y posible divorcio, así que mejor, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.

Os enseño los "antes" y os aviso que esta vez el cambio no ha sido muy espectacular, y casi cero maleni (para alivio del guiri) por más que lo he intentado. Pero bueno, tampoco se trata de conseguir una cocina que parezca un parque temático llena de emociones fuertes, algún armario me tenía que quedar normal.





Vacié las baldas de una en una para limpiar pero luego volvía a dejar todo en su sitio, y luego lo fui acomodando.
¿Os acordáis de esos puzles que teníamos de pequeños en los que había que deslizar las piezas arriba abajo o las lados hasta conseguir la imagen?. Yo tuve uno de Naranjito y otro de Sport Billy, y al final, como la paciencia no se encuentra entre mis escasas virtudes, me las arreglé para arquearlo hasta que saltaron todas las piezas por los aires y lo pude hacer por las bravas. Por supuesto ni muerta reconocí que había hecho trampas.

Pues bueno estuve mucho rato deslizando cacharritos por las baldas, hasta que quedó todo un poco más lógico.

Para empezar, junté todo por categorías, lo que significa que el juego blanco de desayuno, del que milagrosamente todavía sobreviven cuatro tazas (de doce)  fue expulsado del armario y acogido en el otro mueble con todos sus congéneres. Ahora todos los juegos de desayuno viven juntitos en el mueble número tres.


Como veis no ha sufrido un cambio muy radical, salvo esa reagrupación familiar.
O bueno, sí.
Alguna puñetita tenía que poner, y como ayer me llegó el pedido de vinilos, pues me dio un flus y le coloqué esto en la puerta para que quedé claro de qué va el armario


Reconozco que me ha quedado pelín machista con eso de que sea una niña la que lleva la bandeja de servir, pero es que como es una imagen de esas "retro", pues claro, me ha quedado retro.

En el mueble 3, van los juegos de desayuno ordenados según la frecuencia con que se usan.
En la balda de abajo el juego blanco que es el que usamos siempre para los desayunos rápidos de entre semana y el tú y yo en que tomamos Rolf y yo nuestro cafetito de la merienda (por cierto, están sólo los platos rectangulares porque las tazas correspondientes estaban en el lavaplatos.
En la segunda balda las tazas de Espresso y las de la vajilla para el café de después de comer, que sólo nos da tiempo los fines de semana, así que no se usa todos los días.
En la tercera balda el juego de desayuno grande, el que ponemos cuando desayunamos en condiciones, o sea, sábado y domingo, con fruta, cereales, fiambre, queso y toda la parafernalia alemana.
Por último arriba la jarra blanca, la tetera y el Stövchen (una especie de infiernillo con una velita para mantener caliente el té), que sólo uso de vez en cuando. Ese orden me parecía más lógico y práctico.

Todo lo que estaba en el armario grande que fuera de cristal o para beber (a excepción de los vasos de plástico de los enanos), lo puse en el mueble número dos.
En este mueble van los vasos de agua, los cuencos para el postre, los "mugs", o sea las jarras-taza que no sé que nombre tienen en castellano, para el té o el café, y arriba unos platos que uso menos, y las salseras. Arriba del todo he puesto dos ensaladeras enormes de acero que uso en las fiestas, una mini champanera y la coctelera, que el guiri no la quiere tirar porque se la regaló su hermano, pero que ¿cuántas veces la habremos usado?, pues yo creo que una... o ninguna. ¿Quién leñe se va a hacer un cóctel para una cenita romántica con éste panorama de casa?.
Creo que le voy a buscar un uso más realista, para hacer biberones "on the rock" por ejemplo.


Por supuesto que hice una purga previa porque tenía hasta botes de mostaza y de mermelada vacíos que por supuesto salieron cantando la caña.

El cambio no ha sido despampanante pero ahora está mucho menos atestado y más accesible.

Vamos con la bestia parda del reto. El vajillero grande donde tengo casi todo lo demás.

La estantería de arriba sigue acogiendo al robot de cocina pero el jaleo de cosas que había al lado lo he sustituido por todos los accesorios (picadora, vasos, cuchillas) que antes estaban en un mueble bajo y habían sido descubiertos recientemente por Zipi y Zape, con el peligro que eso suponía.


Como veréis no he sucumbido a la fiebre de la Kitchen Aid. O bueno, mejor dicho, yo sí, pero el guiri piensa que es un esnobismo gastarse el dineral que vale con lo bien que funciona nuestro robot.
Por un lado tiene razón, pero ¡¡¡¡¡Yo la quierooooooo!!!!! además en amarillo pollo.
En fin, que como de ilusión también se vive, igual que he pegado una foto en la puerta de la nevera de antes de engordar para motivarme con la dieta, pues he puesto un pequeño recordatorio de mis deseos para hacer un poquito de presión ;) en la puerta del mueble...

EL resto de las baldas han quedado así:

♥ En la segunda y la tercera, las bandejas de horno y las de servir. Por un lado las redondas y por otro las cuadradas para que asienten mejor.



♥ En la cuarta y la quinta, la vajilla y la sopera de diario, y las ensaladeras



♥ En la sexta puse todas las cosas de los niños. Antes las tenía mucho más altas para que  no las cogieran, pero como ahora son ellos los que ponen sus cosas en la mesa para comer, pues se lo he bajado todo a su altura.


En la caja grande como la etiqueta indica, todo lo que tiene que ver con bibes y demás (he hecho una purga considerable) organizado en cestitas.


Como véis, las etiquetas esta vez, las he hecho con dibujos, porque están pensadas para los niños. Es un truco que funciona superbien porque se lo toman como un juego. En nuestra casa se llama el juego del "asusitio",  les encanta jugar. Y a mi me gusta más todavía ;)



Por último la solución que encontré hace tiempo para las tapas.
Como sabéis cuando montas los muebles de Ikea, las baldas vienen aparte y las venden de dos en dos. Yo guardaba las tapas directamente encima de las cazuelas, y cada vez que sacaba una se caía su tapa correspondiente con el estruendo consiguiente y un juramento en arameo justo después.
Como ya no puedo decir tacos porque hay niños, encuentro perfecta esta solución , y además utilizo la octava balda que se me había quedado solita en el paquete.
He hecho hueco para una estantería más pero muy bajita, así las tapas tienen su compartimento para ellas solas con su intimidad y han perdido la tendencia suicida que les provocaba su convivencia con las cazuelas.
Ahora sólo se juntan para calentarse y todo funciona mucho mejor.
Malpensados todos. No se os ocurra establecer paralelismos que este es un blog para todos los públicos.


Y el conjunto queda así:




Malenipuntos:

♥ No sé por qué, quizá por mi madre, pero siempre que pienso en vajilleros, me imagino una puntillita en cada balda. Como aquí con el tránsito de dedazos de chocolate y pringues varios, hay que limpiar cada veinte minutos, pues era un poco utópico lo de los volantes amarillos de cuados de vichy que me apetecía poner, así que me decidí por la opción lavable, y así de paso usaba la Silhouette, que ya sabéis que nunca me apetece...
Probé varios diseños que acabaron en la basura.
Bueno, uno no. Era muy mono pero quedaba muy recargado, así que decidí darle otro uso, ya que lo tenía cortado

¿Qué os parece?. Lo bueno del vinilo es que se puede mojar, y si te cansas lo cambias y le pones otro, y no deja rastro como las pegatinas.
Compré hace tiempo dos iguales y uno lo usé para el reto del fregadero aquí. El otro se me había quedado muy soso, ya sabéis que padezco de "horror vacui", así que lo adorné y con esto me he ganado por lo menos 50 malenipuntos en la modalidad de  malenirecicladora
Al final me decidí como habéis visto por una más sencillita y en el centro los letreros de lo que DEBE ir en cada balda.
Como os digo siempre, nunca hay suficientes etiquetas. Cuando yo era la única que organizaba, pues no necesitaba tantas, porque yo sabía donde iba cada cosa y ya estaba, pero si hay más personas en vuestra casa que colocan las cosas, pues no está de más ponerlas para que todos nos pongamos de acuerdo y así evitar búsquedas.

♥ Indiscutible becerro de oro de las malenis, es la Kitchen Aid. Como yo no la tengo, y de momento un pimiento, pues me conformo con mi vinilito.

♥ Por último la niña con la bandeja y el delantal, es otro icono maleni, aunque aclaro que una cosa es ser maleni y otra ser machista. No tienen nada que ver, igual que no tiene nada que ver ser feminista con ser un macho ibérico, que a veces tenemos los conceptos muy confundidos.
Ser femenina y feminista no es ninguna contradicción señoras y señores. Que te guste poner bonita la casa, el rosa, las florecillas y demás, no significa que sea tu obligación exclusiva hacer las faenas ni que te tengas que dejar pisar la cabeza, ni aceptar las injusticias contra las mujeres que todavía hay, y muchas.
Después de mi reivindicación, os dejo con una fotito del antes y después como siempre. Y con la esperanza de que me mandéis vuestros proyectos para publicarlos el lunes.



¡¡¡Besos mil!!!

Pilar



















4 comentarios:

  1. Me encanta como que ha quedado ¡qué orden!, esto no lo conseguiré yo ni en mis mejores sueños. Yo también soy adicta a los mercados, mercadillos, chinos, saldos (y un secreto, hasta lo que tiran demás), no hay vez que vaya a algún rastrillo y no vuelva con algún juego de café, ¿y para qué? si uso los vasos de la nocilla. Pero vamos, que voy tomando nota de tus consejos y algún día lo lograré. ¿Puedo pedir consejo? ¿cómo ordenar la ropa de manera racional pero sin tirar nada? (ahí queda eso)

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  2. Ayyyyyyy.... cuando he visto la filigrana verde en los bordes de las baldas me preguntaba si era un detalle de la foto o si las habías puesto en la realidad.... Y me encanta (otro punto a favor en la columna de Por qué necesito la Silhouette).
    A ver, todavía no me he puesto en serio con el reto, pero tengo deberes adelantados y mi duda es porque en mi cocina, y por cuestión de altura de las baldas y de cercanía al lugar donde se usa cada cosa, no tengo un mueble en exclusiva. Es decir, tengo las sartenes y las ollas en el mismo mueble que los cuencos... ¿Eso vale???
    Te ha quedado todo estupendo!!!!

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  3. jajajaja me rio un monton con tus posts, eres muy graciosa contando las cosas!! pues yo quería apuntarme al reto pero es que no tengo ese arsenal de platos, el armario consiste en dos baldas y esta metido todo ahí, poca cosa podía hacer… A ver si para el próximo puedo hacer algo!! lo que si que haré será poner un poco de washi en las baldas, parecido a la filigrana que has hecho tu, que me ha gustado!

    un besito!!!

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  4. Que bonita eres hija que bien me caes!! ahi sin conocerte ni ná, esto na más nos pasa a los andaluces!! jajajaj un beso guapa

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